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Mostrando las entradas de enero, 2006

Clic de la Semana

En su rústico taller , un artesano posa al lado de su obra inconclusa. "Es mi novia", bromea antes de iluminar su rostro con una sonrisa, la misma que parece prolongarse al rostro de arcilla de su coqueta acompañante. Los creadores chulucanos ( provincia de Morropón , Piura), son herederos de una rica tradición alfarera que se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los tallanes y los hombres de la cultura vicús dominaban estas calurosas tierras. "El arte viene de familia. Me lo enseñaron mis padres", se ufana César Alache Adrianzén, quien dijo estar dispuesto a adpotarme si es que por esas cosas del destino, abandonaba los caminos y decidía aprender las ancentrales técnicas del paleteo (moldeo a mano y con golpes de paleta), y la “pintura negativa” (método de decoración basado en la reducción del oxígeno en la cocción), fundamentales en la preciada cerámica de Chulucanas . Aún no he aceptado la oferta de César. Por ahora sigo en los caminos, mientras él continúa

Baila el Altiplano (Final)

De ángeles, diablos y otros danzantes Sus cachos serpentean como si fueran lenguas de fuego. Su rostro es aterradoramente colorido. Es el diablo, el maligno, el príncipe de la oscuridad...pero en Puno camina como cualquier mortal y cuando quiere driblear a la lluvia o alejarse del cansancio, detiene un “taxi cholo” y anda sobre ruedas, eso sí, siempre pide una rebajita. Durante la fiesta de la Candelaria, las puertas del infierno se abren de par en par; entonces, la ciudad es invadida por decenas de diablos y chinas diablas. Se les puede ver en todos los rincones, protegiendo sus capas de la lluvia, tomándose una cervecita en un quiosco del mercado, devorando un plato de chicharrón con papitas y chuño o bailando como poseídos en el jirón Lima, la calle principal de la urbe altiplánica. Lo más impactante es que los diablos –mansitos como si salieran de una sesión de exorcismo- veneran con incomparable devoción a la Virgencita y hasta le piden o le agradecen un milagro. Después vuelven a

Baila el Altiplano (Parte I)

La Mamacha de Puno Ante la proximidad de la fiesta de la virgen de la Candelaria, pusimos de cabeza nuestros archivos periodísticos para ver si encontrábamos algún texto relacionado. La búsqueda valió la pena, porque encontramos esta crónica inédita que relata los pormenores de una de las celebraciones más coloridas e impresionantes del Perú. La mamita no está en la Catedral. No, ese era el templo de los principales, de los ricos que pretendían purgar sus pecados con sonoros golpes de pecho o ganarse el cielo con dispendiosos donativos que servían para robustecer los campanarios de piedra o acicalar los altares de los santos. No, ella no está en la Catedral. Ella encontró un lugar en San Juan, esa iglesia pequeña, discreta, poco atractiva y de torres delgaduchas, donde oraba la gente del pueblo: mineros extenuados, campesinos harapientos, hombres y mujeres que no tenían nada en la vida, excepto esa fe –rara, extraña, a veces hasta incomprensible- traída del otro lado del mundo. Allí e

Clic de la Semana

Una pareja de bailarines , invade con sus pasos y mohínes un rincón de la plaza de Armas de Trujillo (región La Libertad), una ciudad de reminiscencias coloniales que todos los años se convierte en la capital de la Marinera , la danza nacional del Perú. Desde mañana y hasta el 5 de febrero, centenares de parejas harán volar sus pañuelos y derrocharán gracia, plasticidad y galanura en el coliseo Gran Chimú, un auténtico templo de esta danza coqueta y de enamoramiento eterno llamada marinera. El Concurso Nacional de Marinera de Trujillo es el más importante del país. Organizado por el club Libertad, el certamen convoca a bailarines de la costa, sierra y selva, quienes muestran lo mejor de su arte en jornadas pletóricas de ritmo y elegancia. Niños, jóvenes y adultos, también ancianos, compiten en las diversas categorías, con la esperanza de ceñirse la banda reservada a los mejores; mientras esto ocurre en el Gran Chimu, alguna parejas se dan un tiempito para mostrar su destreza en las c

Lima de fiesta... pero sin foto

Hoy es el aniversario de Lima y deseaba colocar una imagen de su vasta geografía urbana, pero no encontré ninguna en mi archivo digital. Quizás esa es el mejor ejemplo de mi extraña relación de convivencia con la ciudad en la que nací y crecí, de mis sentimientos encontrados respecto a la metrópoli en la que vivo y en la que probablemente muera. Es raro lo que me ocurre con Lima . A veces no la soporto, la odio a muerte, la detesto por su cielo deprimente y mustio, por sus interminables días huérfanos de sol y su humedad que enferma, por su tráfico salvaje, enredado, casi surrealista y sus calles de violencia; entonces, me dan ganas de marcharme de su plúmbea faz urbana, de decirle adiós a sus tugurios y sus miserias, también a sus barrios pitucos, asépticos, sin alma. Hay otros días en los que me siento en paz con mi entorno. Son periodos de feliz reconciliación, en los que Lima, a pesar de todos sus problemas, es realmente mi ciudad, la casa de mis recuerdos y de mi historia persona

Mar del Desierto

Dunas sedientas que se convierten en orilla humedecida. Siluetas de arena que contrastan con el lomo espumoso de las olas. Desierto y mar. Dos gigantes que se observan, se acercan y encuentran para formar playas preciosas, solitarias, inspiradoras, también ignoradas, casi desconocidas. Y el desierto de San Juan de Marcona (a 600 kilómetros al sur de Lima, aproximadamente) se vuelve acantilado, roca humedecida por las olas del Pacífico, refugio de aves y de lobos marinos; se llena de vida y de sal, de graznidos y espuma. Sacia su sed y se olvida de su sempiterna y kilométrica soledad. Al vagabundear por las dunas o al dejar tus huellas en la orilla, descubres, te acercas, conversas con los pescadores del pueblo, con los hombres del mar, los marisqueros de una localidad conocida únicamente por su ¿riqueza? minera; sí, riqueza entre signos de interrogación, porque Marcona luce descuidada, mustia y entristecida, con casas deshabitadas, clausuradas para siempre por el capricho de los man

Clic de la Semana

Estilizadas y sorprendentes , quizás indescifrables, las líneas y geoglifos tatuados en la reseca piel del desierto por los hombres de la cultura Nasca , son uno de los grandes misterios de la humanidad; un enigma sin resolver que seduce e intriga a investigadores de todo el mundo. Descubiertas por Toribio Mejía Xesspe en 1926 y estudiadas durante más de 50 años por la matemática alemana María Reiche (ya fallecida), estas figuras geométricas, antropomorfas y zoomorfas, ocupan un área de 350 kilómetros cuadrados, en la pampa de San José y los cerros del valle del Río Grande. Sólo al sobrevolar la zona, las líneas se observan a plenitud. Así se descubre la ya mítica imagen del colibrí o picaflor (en la foto), del mono, la araña, el perro y hasta de una ballena, también un par de manos y un hombrecito con apariencia de astronauta, entre otras figuras que habrían formado un inmenso calendario solar, según la teoría de la doctora Reiche. Las líneas de Nasca (región Ica) son un lugar mágico.

Los Encantos del Mar...

El verano pasado descubrimos una caleta encantada en la costa piurana. Al lado de varias lanchas invencibles, esuchamos historias asombrosas de lanchas hundidas misteriosamente y bebimos chicha con veteranos hombre de mar. Los pormenores de nuestra travesía por el distrito de Los Órganos, fue publicada en la revista Viajeros de Lima. Hoy, al tirar un anzuelo en nuestro archivo periodístico, pescamos esta sabrosa nota. Melodías de verano El son playero de Los Órganos En una caleta es condida, un hombre tostado de sol y mar, vaticina el futuro: “tú vas a volver. Es parte del encanto”. Sus compañeros que lo rodean asienten con sonrisas escuetas, tal vez cómplices o aseveran con un leve movimiento de cabeza, casi tan tenue como el vaivén de las olas que arrullan y acarician a los veleros de mástiles desnudos que bailotean en un mar sin puerto. ¿Encanto?, ¿volver?... no entiendo nada, caray. Recién llego y ¡zas!, un pescador –semblante de patriarca, voz de jaranero y gesto de ‘no me disc

Días de Verano

Caluroso norte de playas benditas y olas refrescantes. Sol y arena, días distintos y divertidos en la plácida Punta Veleros (distrito de Los Órganos, Piura), donde un grupo de niños -traviesos, inquietos, sonrientes-juguetean en las aguas del Pacífico, con viejas cámaras de neumáticos mil veces parchadas. "Señor, señor, una fotito", piden y corretean... Clic, sus siluetas bronceadas fueron perpetuadas por nuestro lente. La inesperada presencia de un intruso, genera el pánico en una colonia de aves marinas apostadas en un promontorio en el distrito de Los Órganos, entre la caleta El Ñuro y Punta Veleros, dos lugares fantásticos de la costa norteña. Alas abiertas, un retazo de arena seductora y la espumosa agonía de las olas en la orilla playera, crean un ambiente en el que impera la magia de la naturaleza. Mientras algunos se divierten o dormitan en la arena tibia, un aguerrido pescador de la Quebrada Verde (distrito de Los Órganos, Piura), hala una rústica balsa de madera, ca

El Último Clic del 2005

En un viaje relámpago a la calurosa ciudad de Nasca (Ica), el lente de Explorando Perú fue conquistado por los encendidos y provocadores colores del mural de una discoteca. Cuando nos preparábamos a captar la imagen, la mustia cercanía de un triciclero se constituyó en un elemento de contraste, en un detalle irresistible que, a nuestro entender, mejoraba la composición fotográfica. Así nació este clic que se convertiría en el último del 2005. La imagen, captada la mañana del 30 de diciembre, nos sirve para reafirmar nuestro compromiso de recorrer el Perú en búsqueda de experiencias y aventuras, que nos permitan nutrirnos con la sabiduría que emana de los caminos. Como siempre, usted está invitado a viajar con nosotros. Prepare su mochila y únase a la aventura de conocer el Perú.